La terapia con ondas de choque es un método no invasivo para tratar la disfunción eréctil (DE). Durante el procedimiento, un pequeño dispositivo en forma de varita emite ondas sonoras dirigidas a estimular el tejido del pene y estimular el flujo sanguíneo. El aumento del flujo sanguíneo al tejido del pene puede acelerar el proceso de curación y mejorar el rendimiento sexual.
Aunque nos centremos en la disfunción eréctil, cabe destacar que la versatilidad de la terapia con ondas de choque se extiende a otras áreas de la medicina. Aparte de la disfunción eréctil, también ha encontrado aplicación en el tratamiento de cálculos renales y lesiones ortopédicas, lo que demuestra su utilidad diversa.
Es esencial distinguir la terapia con ondas de choque de la terapia con ondas radiales, ya que esta última es otra forma de tratamiento que a menudo se promociona como tratamiento no invasivo para la disfunción eréctil. Estas terapias pueden compartir características similares, pero sus aplicaciones y resultados pueden diferir.
La terapia con ondas de choque está ampliamente disponible y se ofrece tanto en centros médicos como no médicos. La disponibilidad de este tratamiento ofrece a los pacientes múltiples opciones para explorar a la hora de decidir el curso de su tratamiento.
El mecanismo de la terapia con ondas de choque consiste en estimular el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos y, en algunos casos, romper la acumulación de placa en los vasos existentes. De este modo, la terapia con ondas de choque ayuda a aumentar el flujo sanguíneo al pene, que es clave para lograr y mantener una erección.
La terapia con ondas de choque es una potente herramienta contra la disfunción eréctil, que muestra una mejoría de leve a moderada en los pacientes, independientemente de la causa. Tanto si el problema es vascular, neurogénico o de procedimiento, la terapia con ondas de choque puede mejorar potencialmente el estado del paciente.
Los estudios han indicado que el tratamiento con ondas de choque funciona especialmente bien en la disfunción eréctil vasculógena, un trastorno caracterizado por alteraciones de los vasos sanguíneos que afectan al flujo de sangre al tejido del pene. Con este tratamiento específico, los pacientes que sufren disfunción eréctil vasculógena pueden experimentar una mejora considerable.
En el procedimiento, un profesional sanitario utiliza una sonda manual o un dispositivo similar a una varita. Este dispositivo se mueve a lo largo de diferentes partes del pene durante aproximadamente 15 minutos, emitiendo pulsos suaves. Cabe señalar que este procedimiento no requiere anestesia, por lo que resulta cómodo para los pacientes.
La terapia con ondas de choque de baja intensidad (LiSWT) es otra forma de terapia con ondas de choque no quirúrgica. La LiSWT se centra en mejorar el flujo sanguíneo en el pene, mejorando así la calidad general de la erección. Se aplica en el pene mediante una sonda manual y se considera un tratamiento seguro y eficaz para la disfunción eréctil.
Aunque el procedimiento es en gran medida seguro, es importante mencionar que la terapia con ondas de choque no está aprobada por la FDA para la disfunción eréctil, aunque algunos de sus beneficios, como la mejora del flujo sanguíneo y la curación de daños en el tejido conjuntivo, han recibido la aprobación de la FDA. Es aconsejable que los pacientes consulten a su médico antes de iniciar cualquier nuevo régimen de tratamiento.
Existen alternativas a la terapia de ondas de choque para el tratamiento de la disfunción eréctil.
Una de ellas es el uso de medicamentos orales.Los estudios han demostrado que la terapia de ondas de choque de baja energía puede mejorar la respuesta a estos medicamentos.Además, existen posibles resultados a largo plazo mediante el uso de la medicina regenerativa.Estos tratamientos pueden proporcionar cierto retorno de las erecciones espontáneas mediante el aumento del flujo sanguíneo al pene.
La terapia con ondas de choque puede ser una opción de tratamiento viable para los hombres que no responden adecuadamente a los medicamentos, los que no están interesados en tomar medicamentos o los que están interesados en explorar la terapia regenerativa. Los efectos de la terapia pueden durar entre 2 y 3 años, lo que demuestra su longevidad y eficacia en el tratamiento de la disfunción eréctil. A pesar de no estar aprobada por la FDA específicamente para la disfunción eréctil, ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento de esta afección.